Cortijos Nuevos (Jaén)

Cortijos Nuevos es una preciosa aldea de Puente de Génave situada en un pequeño llano en la margen derecha del río Guadalimar del que le separan unos cuatrocientos metros.
(No confundir con otra población del mismo nombre perteneciente a Segura de la Sierra).
Se tienen las primeras noticias del lugar en el siglo XVIII y en aquel entonces era conocido como el Cortijo de las Hermanas.
Alrededor de una veintena de viviendas dieron forma a la cortijada en los momentos de mayor esplendor, llegando a alcanzar una población cercana a los noventa habitantes.
Como en toda la comarca la vida giraba en torno al olivo. Era su principal fuente de producción. La aceituna se llevaba a la almazara de Puente de Génave.
Su otra producción agrícola estaba dedicada al cereal (trigo, cebada y avena). Llevaban a moler el grano a los molinos harineros que había en Puente de Génave junto al río Guadalimar.
Casi todas las casas tenían rebaños de ovejas. Los corderos se vendían a carniceros de Puente.
A pesar de haber un molino que producía electricidad en Puente de Génave, este adelanto no llegó nunca a las casas cortijeras.
Para abastecerse de agua tenían un aljibe que recogía agua de lluvia aunque lo más normal era que fueran con caballerías a alguna de las fuentes que había en Puente para conseguir el preciado liquido.
Mucha relación tenían con el cercano río y así las mujeres iban hasta allí a lavar la ropa, los niños iban a bañarse en los días veraniegos en alguna de las pozas y los aficionados a la pesca aprovechaban para pescar barbos y variar un poco la dieta alimenticia.
El que le gustaba la caza podía afinar la puntería contra liebres, conejos y perdices que abundaban en sus tierras. Animales que acababan en la cazuela.

Don Ramón, el médico acudía desde Puente de Génave cuando la situación era de gravedad, en caso contrario eran los cortijeros los que se acercaban al pueblo para que el doctor les viera de sus dolencias.
No había servicio de cartería y era cualquier vecino que bajaba a Puente el que llevaba o traía la correspondencia.
Bajaban a hacer compras al pueblo, especialmente los jueves que era día de mercado. Allí vendían algún producto agrícola o animal de granja y de paso compraban ropa o alimentos de primera necesidad que no tenían en los Cortijos.
No tenían ningún tipo de fiesta patronal, pero no faltaban a la fiesta grande del pueblo en honor a San Isidro, en mayo. Allí participaban de todos los eventos religiosos y de ocio, donde no faltaban los toros o el circo para los más pequeños.
También se desplazaba la juventud por cercanía a las fiestas de dos pedanías puenteñas: la de El Tamaral el 15 de octubre en honor a Santa Teresa y la de Peñolite el 24 de junio en honor a San Juan.
Algunos domingos y festivos se solía hacer bailes cortijeros en alguna de las pedanías de Puente de Génave, normalmente era en El Tamaral. Allí acudía la juventud de todas las aldeas y bailaban al son de la música del Pelijas, acordeonista de El Tamaral.
Fue a comienzos de los 50 cuando llegó el cine a Puente de Génave lo que atraía de vez en cuando a alguno de los jóvenes de Cortijos Nuevos que acudían a ver la película que allí se proyectara.

La emigración empezó a sacudir a toda la comarca a partir de los años 50 cuando la gente se marchaba buscando una mejor calidad de vida en las grandes urbes.
Las pequeñas aldeas fueron las que más sufrieron el éxodo de sus vecinos, como sucedió en Cortijos Nuevos donde las malas comunicaciones con el pueblo, la falta de luz y agua y el cierre de la escuela fueron suficientes acicates para que la gente buscara un nuevo destino para empezar otra vida.
Unos cuantos se quedaron en Puente de Génave donde tenían mejores infraestructuras y desde allí podían seguir acudiendo a Cortijos a trabajar la tierra y otros optaron por dar el salto a Alicante, Barcelona o Francia.
Pero hay que decir que Cortijos Nuevos no se quedó despoblado del todo en aquellos años. Una persona resistió en soledad durante mucho tiempo como guardián de la aldea. Esta persona era Bibiano Teruel. Se quedó al cuidado de sus padres cuando estos se hicieron mayores y luego al fallecer ellos se quedó en el pueblo. Muy arraigado a la tierra, no le sedujeron los cantos de sirena que llegaban desde Puente de Génave o desde las grandes ciudades.
Solo con su fallecimiento en 2006 dejó de salir humo de la última chimenea cortijera en las frías noches de invierno.

Fuentes de información:
-Antiguo vecino de Cortijos Nuevos.
-Libro: Núcleos deshabitados en Andalucia.
-Documental tv. Donde duerme el olvido.
-Blog: Historia de Puente de Génave.
-Documento digitalizado: Recuerdos y añoranzas, mini historia de Puente de Génave de Plácido Pascual Avilés.


Visitas realizadas en mayo de 2000 y mayo de 2016.

PUBLICADO POR FAUSTINO CALDERÓN.

Punto y aparte. Conocí de la existencia de esta aldea porque fue objetivo de algunos medios de comunicación y libros que trataban el tema de la despoblación. El énfasis en hacer reportajes de este lugar venía de que entre sus muros todavía residía un habitante de avanzada edad. Eso fue lo que motivó el especial interés de los diversos medios que se hicieron eco de Cortijos Nuevos.
Y eso a su vez fue lo que me llevó a mí en aquellos días del mes de mayo del año 2000 en que andaba visitando deshabitados de Jaén a acercarme a conocer esta aldea y su apacible y bonachón habitante.
Pero mi gozo en un pozo porque si bien conocí el lugar y me causó una gratísima impresión no pude conocer a Bibiano. Ese día por lo que se ve no estaba en la aldea. O bien estaba con sus ovejas o bien estaba en el pueblo (en Puente). El caso es que las dos horas que estuve por allí no se dio ni rastro de él, aunque si había señales de vida humana (gallinas, un perro que ladraba). No pude conocer a uno de los últimos (en este caso al último de Cortijos Nuevos), personajes que tanto me fascinan por dar la espalda al progreso y anclarse a un modo de vida precario pero en consonancia con lo que quieren hacer.
Dieciséis años después aparezco otra vez por esta zona jienense fronteriza con Ciudad Real y quiero volver a visitar esta aldea puenteña.
Ya sabía del fallecimiento de Bibiano en 2006 por medio de un blog local así que no iba a tener ocasión de conocer al personaje que se me quedó pendiente en mi primera visita. Una verdadera lástima porque me hubiera encantado haber pasado un buen rato con Bibiano Teruel escuchando sus vivencias del pasado y su filosofía de este mundo a caballo entre lo rustico y lo moderno y que él nunca quiso cambiar lo uno por lo otro.
La carretera que tanto reclamó este robinson cortijero llegó a la aldea después de su fallecimiento, no pudo disfrutar de este adelanto que hubiera permitido mejorar y acortar la distancia con Puente de Génave.
En esta ocasión llego a Cortijos Nuevos también en el mes de mayo, con lo cual la naturaleza está exuberante. Las plantas silvestres "adornan" las calles y rincones de la aldea. El cielo también acompaña y regala unas tonalidades azules muy llamativas.
La mañana está fresca, el sol no aparece.
El singular edificio de la escuela, casa de la maestra y capilla es lo primero que aparece. Se nota sobremanera su más reciente construcción por los materiales empleados y desentona un poco del resto de las edificaciones.
Un chico joven está entrando enseres desde una furgoneta a una casa rehabilitada. Me acerco hasta él y entablo una breve conversación. Poco hay que hablar porque debido a su juventud no me aporta muchos datos sobre el pasado de Los Cortijos. Si le pregunto sobre Bibiano y me cuenta lo que ya sabía. Me despido de él y me dispongo a transitar por las calles de la aldea. Se da la alternancia de casas mantenidas por sus propietarios con casas en ruinas. Algunas casas muestran un amplio corral adyacente lo que da idea de su prospero pasado ganadero. Otras son más sencillas pero entre todas hacen un conjunto armonioso, agradable a la vista. Salgo del pueblo y me acerco hasta una preciosa era empedrada ya un poco devorada por la vegetación. Contorneo la aldea por su parte de arriba. Silencio por doquier. Bajo otra vez hasta la parte central del pueblo, me sitúo ante la casa de Bibiano y rememoro con la imaginación como podría ser su día a día. Pienso en que un día determinado de dieciséis años atrás podría haber estado sentado en el poyo de la puerta conversando con su inquilino, pero no se dieron las circunstancias para ello.
Una calle de frente me atrae sobremanera, hermosa y triste a la vez. La contemplo, busco detalles en sus fachadas. La veo desde otro ángulo. Bonita, a tono con la aldea.
Me marcho ya del lugar porque ya creo que está todo visto. Cuando salgo a la carretera general decido subir hasta la aldea de El Tamaral porque imagino que desde allí tendré una buena vista de Cortijos Nuevos. No me equivoco. Entre un inmenso mar de olivos aparece como un islote el caserío. Buena vista panorámica para contemplar durante unos minutos.


Vista lejana de Cortijos Nuevos entre la inmensidad de un mar de olivos.



Las primeras edificaciones que aparecen ante los ojos del visitante al llegar por el camino de Puente de Génave.



Viviendas en hilera.




La última casa que se cerró en Cortijos Nuevos.




Preciosa panorámica de una calle de la aldea.




La misma calle vista en sentido inverso.



Vivienda con escalera exterior para acceder al segundo piso.



Precioso rincón urbano.




Voluminosa vivienda de tres plantas que tiene un amplio corral ganadero por detrás.




Vista de la mencionada vivienda en la imagen anterior por su parte trasera.




Era de trillar empedrada y vista de la aldea por su lado oeste.



Otra de las entradas que habia para acceder a Cortijos Nuevos.



Pajar.




Aspecto urbano.




Escuela. Venían a ella también los niños de la aldea de Los Avileses. Alrededor de una docena de niños asistían a clase en los últimos años 50 y primeros de los 60. Doña Pilar era la maestra. Venía todos los días desde Puente de Génave. Por detrás estaba la casa de la maestra. En el otro extremo del edificio había una dependencia habilitada para capilla.




Otra calle de la aldea.




Edificaciones auxiliares.

16 comentarios :

  1. Roberto Tartaj Marchlunes, 21 septiembre, 2020

    Hola Faustino,en primer lugar lamentar que no pudises entablar conversación con Bibiano cuando fuiste a Cortijos Nuevos en el año 2000,sabiendo lo que hubieras disfrutado escuchando sus historias,por otra parte comentar que por lo que dices, no me extraña que se fuese deshabitando en los años 50,ya que al carecer de lo principal,buenas comunicaciones,falta de agua y lúz desgraciadamente era una candidata para qu sus habitantes emigrasen buscando una mejor forma de vida y eso que estaba rodeada de olivos y tenían ganadería,en fin,como siempre una pena que queden así,un abrazo y espero que estés bién.

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    1. Hola Roberto. Es una pena que no pude conocer al último habitante de esta aldea en las dos veces que estuve por allí. Mi idea era haberle conocido pues sabía de su existencia. Hubiera disfrutado muchísimo como bien dices escuchando todas las historias que tuviera para contar.
      Muy mala comunicación tenían con Puente de Génave, algo que era un handicap para los vecinos pues tenían que ir a menudo al pueblo por diversos motivos y el mal estado del camino lo complicaba.
      Otro más de los que se quedaron vacíos en aquellos mortiferos años de la despoblación porque el progreso no llegaba hasta ellos.
      Si a ello le añades que a cuatro kilómetros tenían el pueblo grande donde tenían todo tipo de servicios e infraestructuras y desde allí podían desplazarse a la aldea a trabajar las tierras pues se entiende que la gente se fuera marchando.
      Un abrazo.

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  2. SIENTO QUE BIBIANO TERUEL NO PUDIESE CHARLAR CONTIGO , FAUSTINO . HUBIERA APRENDIDO MUCHAS COSAS DE UNO Y DE OTRO .

    UN ABRAZO FUERTE .


    GUILLERMO .

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    1. Se me quedó una espinita clavada de no haber podido conocer a este hombre.
      Hubiera aprendido muchísimas cosas de él y hubiera disfrutado sobremanera compartiendo una mañana a su lado.
      Un abrazo Guillermo.

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  3. Bonito reportaje Faustino, muchas gracias.

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  4. Fantastico y entrañable reportaje Faustino, como ya nos tienes acostumbrados. Un abrazo.

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    1. Me alegra que te haya gustado una vez más el reportaje reciente, Josep.
      Un abrazo.

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  5. Bonito e interesante reportaje, esta vez por mi tierra, Las Sierras de Segura y Cazorla (Jaén). Una zona, que si no sufrió una despoblación tan acusada como otras del sistema Ibérico o del Prepirineo, también quedaron aldeas deshabitadas, sobre todo por el interior de la sierra que además en muchos casos fue a la fuerza por la creación del coto de caza. La pena es que la mayoría de esas aldeas las derribaron, no quedando actualmente ni un muro en pie. Pero aun se conservan pequeños núcleos, los que tenían más difícil acceso, pero cada vez más en ruinas que atestiguan lo que en algún día fueron esas aldeas serranas. Gracias Faustino, por tu dedicación y trabajo.

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    1. La despoblación fue un mal endemico para todo el pais. Creo que excepto el País Vasco, las demás regiones han sufrido el drama de ver como se vaciaban los pueblos.
      Jaén atesora para bien (de los que nos gusta visitar despoblados) y para mal por el desastre paisajistico y arquitectónico que supone un buen número de aldeas que vieron marchar a sus gentes.
      Conozco algo más la parte de la Sierra de Segura, no conozco nada por el lado de Cazorla, pero tengo pendiente alguna visita por esa zona porque hay algún despoblado al que le tengo echado "el ojo".
      Gracias Luis por dejar tu comentario.
      Un cordial saludo.

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  6. Buenas tardes, don Faustino:

    Al leer su nuevo artículo, y cuando habla de don Bibiano, no puedo evitar acordarme del libro “La lluvia amarilla” de Llamazares.

    El respeto y recuerdo a nuestro pasado, a nuestros ancestros, nos enganchan a la tierra que nos vio nacer. Vivo en una localidad donde residen numerosísimos extremeños. Muchos del Valle de la Serena. Y muchos de ellos, cuando saben… que su vida se agota, buscan volver al pueblo natal. Es normal. No sé si lo de Bibiano fue una suerte o una desgracia, quizá ambas, pero que tratamos de retornar a nuestro origen es algo que llevamos dentro, muy dentro.

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    1. Hay unos cuantos Bibianos por toda la geografía española. Gentes apegadas a la tierra que no marchan cuando lo han hecho todos.
      No tiene mucho sentido seguir viviendo anclados a la precariedad del pasado pero ellos no se enganchan a las "comodidades" del futuro.
      En estos pueblos solitarios es más difícil el retorno a la tierra de los que un día se fueron (aunque no por falta de ganas). Motivaciones sociales y familiares les hacen permanecer donde han echado el ancla en la segunda parte de su vida (aunque la verdad sea dicha hay excepciones de retornados, gentes que acabada su vida laboral en la urbe han vuelto a su pueblo natal para vivir el último tramo de su vida donde están sus raíces).
      Un cordial saludo.

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  7. Qué mala suerte que en tu primera visita Bibiano no estuviera en el pueblo, y que para cuando hiciste la segunda ya hubiera fallecido... Estoy segura de que, con la habilidad que tienes para contarnos estas historias tan emotivas, habrías disfrutado de lo lindo teniendo una charla con el último habitante de Cortijos Nuevos; y de rebote habríamos disfrutado nosotros aún más, conociendo este detalle. Al saber que fue el último habitante del pueblo me acordé, igual que la persona del comentario anterior, de cuando leí "La lluvia amarilla". Qué tristeza...

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    1. Pues si. Mi gozo en un pozo. No tuve suerte de haber podido conocer a Bibiano, haber escuchado sus vivencias de la vida en el pueblo del que nunca quiso marchar. Habría disfrutado enormemente pasando una mañana a su lado.
      Es verdad que La lluvia amarilla es referencia para empatizar con estos personajes solitarios que un día nos encontramos en los lugares más perdidos y remotos. Bibiano en algunos aspectos se podría asemejar al personaje de ficción del libro, si bien es verdad que mientras que este último era un personaje huraño y esquivo el jienense era afable y conversador.
      Un cordial saludo.

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  8. Por casualidad he leído la historia de cortijos nuevnuevos,no la aldea de segura y he leído todo muy interesante y lo de DON RAMON médico en el puente y luego en la puerta,casado con una hermana de mi abuelo materno e hijo del escritor azorin.Mi infancia entre Madrid donde nací y donde vivo y la casa de ,a puerta o en día ya no nos pertenece pero conservamos el cortijo de mi abuelo y de mi tía abuela casada con DON RAMON cuantos recuerdos de mi infancia y la vida tan tranquila y sana que se tenía.Un saludo

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  9. Vivi una temporada allí en un cortijo cerca de cortijos nuevos. Mis padres cogían aceitunas por la zona. Recuerdo vivir en un cortijo no muy lejos del pueblo, que a su vez tenía varias casas alrededor en ruinas. Tenia una fuente que traía el agua de la sierra. El dueño del cortijo se llamaba Jesús y su mujer Gloria. Quizás pronto vaya por allí a recordar viejos tiempos

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