Clamosa (Huesca)

Perteneciente al municipio de La Fueva, fue cabecera de ayuntamiento antes de su despoblación. Lo formaba junto a los pueblos de Trillo, Salinas de Trillo, Lapenilla y Caneto.
Alrededor de veinte viviendas dieron forma a este precioso núcleo sobrarbense. Además contaba con tres ermitas en su entorno.
Los olivos eran su principal fuente de riqueza. Había un molino de aceite junto al río Cinca. Pertenecía a casa La Selva pero las demás familias participaban en sociedad.
Lo mismo ocurría con el molino harinero. Eran los de Casa Cabero los que más participación tenían pero las demás casas también hacían uso de él en sociedad.
Sembraban trigo, centeno y cebada predominantemente en cuanto a cereal y también viñas en las zonas más llanas.
El otro medio de vida lo conformaba la ganadería (ovejas y cabras).
Ello se complementaba con la caza (conejos, liebres, perdices) y la pesca en el Cinca (barbos, madrillas, angulas, truchas).
La luz eléctrica llegó a las casas de Clamosa a mediados de los 50 por una linea proveniente de Guaso (Fuerzas Eléctricas del Ara). Atrás quedaron los candiles de aceite primero y de carburo después.
Hubo también una cantera de yeso y otra de cal en las inmediaciones del pueblo, pero ya en los años 50 no estaban en funcionamiento.

Barranco de Trilladillos
Barranco del Salinar
Barranco Oscuro
Buichals
Cajigares
Campillons
Campo Chanantón
Campo Ripa
Castellazos
Cerro Fuente Salada
Codordas
El Bachón
El Clot
El Dediello
El Sarrau
El Torrullón
Fajeta Pilón
La Coma
La Forcas
La Nuaz
La Pane
La Paul
Las Costeras
Los Pueyos
Ostaño
Peña Cueva
Planazas
Pocina
Solano
Tortiella
Viña Lecina

**Son algunos topónimos de lugares comunes de Clamosa que quedaran para siempre en el recuerdo de las gentes que habitaron el pueblo**


Al otro lado del río Cinca estaba la carretera más cercana (la de Ainsa-Barbastro). Era la manera más "fácil" de llegar en vehículo lo más cerca posible de Clamosa o también para coger el coche de línea que por allí pasaba. Tenían que bajar hasta la caseta Olivera (a una hora del pueblo) pero como no había puente tenían que salvar el cauce del río Cinca y ello lo hacían por medio del "cajón de Clamosa", un cajón grande de madera con asientos que estaba colgado de cables por encima de las aguas. En cada orilla había unos anclajes fijos y se tiraba del cable según al lado que quisieras pasar (Caseta Olivera en el lado de Clamosa o Casas de la Barca en el lado de Abizanda). Un sistema rudimentario pero que era el más sencillo para pasar al otro lado. Años más tarde construyeron la pasarela de Lapenilla que permitía el paso a las caballerías, pero les quedaba más retirado a los clamosinos, lo mismo que el puente de piedra de Mediano aguas arriba.

Celebraban las fiestas patronales en honor a la Virgen de la Asunción, el día 15 de agosto (en los últimos años se cambiaron al día 20 para evitar la coincidencia con diversos pueblos de la comarca que celebraban la fiesta el día 15, lo que acarreaba la dificultad de encontrar músicos para esas fechas).
Duraban dos días y en ellos los actos principales era la misa, la procesión, la ronda por las casas donde se cantaban jotas y se obsequiaba a la comitiva con bebida y pastas.
Se mataba un cordero y unos pollos para compartir con familiares y allegados en la comida. Por la tarde tenía mucha tradición los partidos de frontón en la plaza, quedando el baile para la tarde-noche (dos sesiones, antes y después de cenar).

"Los músicos no venían siempre lo mismos, con tres ya hacían buena música. Había unos de Trillo, otros de Santaliestra y otros de Puy de Cinca. En los años sesenta hicieron una orquesta en Palo, eran jóvenes y tocaban muy bien, vinieron varios años, luego faltó el profesor y se dispersaron tomando diferentes caminos.
Los forasteros se sentían como en su casa, los que venían la mayoría eran familia, ellos venían a nuestra fiesta y nosotros íbamos a la suya. Venían de Puy de Cinca, Lapenilla, Palo, Graus, Escanilla y ya se conocían de cada año, jóvenes y mayores todos lo pasaban bien.
Los chicos aunque no tuvieran familia no importaba pero las chicas teníamos que ir acompañadas, porque decían que "El buen paño en el arca se vende". El baile era una buena manera de relacionarse". MERCEDES PESQUE.


La fiesta pequeña era el día 17 de enero, en honor a San Antonio. Se hacía una misa en la ermita del mismo nombre y a continuación se repartía la torta de Caridad que previamente había sido bendecida.
Luego se hacía la subasta de productos (roscos, conejos, longaniza, etc) que habían donado los vecinos previamente.
Por la tarde y por la noche sesión de baile.
En abril iban de romería hasta el santuario de la Virgen de Bruis en termino de Palo, centro devocional de La Fueva. Tres horas se tardaba andando desde Clamosa. Jornada de gran afluencia de todos los pueblos del contorno. La misa y la comida campestre eran los actos principales. Por la tarde vuelta para Clamosa.
Los domingos por la tarde se hacía baile con gramola a nivel local en casa Bergua.

Hubo cura residente en Clamosa hasta la guerra civil. Vivía en la abadía. Después de la contienda venía desde Escanilla en la persona de Mosén Tomás. Llegaba andando hasta Clamosa habiendo pasado previamente el Cinca por el cajón. Solía oficiar misa en el pueblo cada quince días. Si acudía por alguna urgencia como pudiera ser una extremaunción había que ir a buscarle a Escanilla pues no había forma de comunicarse. Si venía por la noche se quedaba a dormir en Casa Andreu. Fue un sacerdote muy querido por los vecinos. A su jubilación fue Mosén Ramón, el cura de Abizanda el que le tocaba acudir a Clamosa a oficiar los actos religiosos.
El médico venía desde Graus.

"Durante muchos años fue el doctor Perz. Residía en Graus. Se le pagaba por el sistema de iguala. Si el enfermo iba a su consulta no cobraba la visita pero si el doctor se tenía que desplazar al pueblo del enfermo si había que abonar el desplazamiento.
Para avisar al médico había que bajar a la Caseta Olivera donde estaba el teléfono, mientras que otra persona se desplazaba a Pano con una caballería para esperar allí al médico y llevarle hasta Clamosa, acto seguido se le volvía a llevar de vuelta.
El doctor Perz conocía bien a todas las familias por lo que en muchos casos era un familiar del enfermo el que iba hasta Graus, le explicaba los síntomas al médico y este recetaba los medicamentos que se compraban allí en Graus, en la farmacia. Casi siempre acertaba.
Cuando se jubiló le sucedió el doctor Blanco, que también residía en Graus. En los últimos años de vida del pueblo, el médico venía de Perarrua. A mí me tocó ir una vez hasta aquel pueblo (4 horas), por un camino que era más bien una senda para que me hiciera un certificado médico que me pedían para ir a Barcelona".
MERCEDES PESQUE.


Había cartero en Clamosa (José Lasierra) era de Casa Chia. Recogía la correspondencia en Salinas de Trillo y la repartía en Trillo, Lapenilla, Puy de Cinca y Clamosa.

Los lunes era día de mercado en Graus al que acostumbraban a ir para abastecerse de productos que no tenían en el pueblo (ropa, calzado, herramientas, semillas, alimentos, etc), así como para vender excedentes de productos agrícolas (huevos, almendras, higos, etc). Hacían el desplazamiento en caballería y tardaban alrededor de cinco horas.
El pan en los últimos años de vida de Clamosa lo traía el panadero del Mesón de Ligüerre al que previamente habían llevado el trigo. Lo traía hasta la otra orilla los días 10, 20 y 30 de cada mes. Lo pasaban a través del cajón y allí esperaba alguien de cada casa con una caballería para subirlo hasta el pueblo. A veces una persona por encargo subía el pan de varias casas.
Había tienda en el pueblo, en Casa Lecina, se vendía un poco de todo, cosas básicas. También se dio el caso de un joven de Casa Salamero (Félix) que había ido una temporada a Barcelona, allí compró telas y a la vuelta puso una tienda en su casa (Salamero). Vendía y compraba de todo (desde huevos, pieles de conejos y otros animales hasta hierros, violetas o té de roca).
Algunos vendedores ambulantes aparecían por Clamosa.

"Ramón de Casa Salamero vivía en Barbastro y se dedicaba a la venta ambulante. Traía sardinas, arenques, mandarinas y cosas por el estilo. Venían otros dos vendedores ambulantes que traían cosa de mercería, los recuerdo con un fardo que abrían y enseñaban a las mujeres del pueblo los productos que traían: hilos, agujas, pañuelos, medias etc. Uno era de Puy de Cinca y el otro de Besians".
MERCEDES PESQUE.


La construcción del embalse de El Grado llevó a la Confederación Hidrográfica del Ebro a expropiar el pueblo de Clamosa. Una expropiación voluntaria (pero en cierto modo forzosa) al quitarles las mejores tierras de cultivo junto al río y quedarse incomunicados al suprimirse lógicamente el paso del cajón elevado sobre el Cinca y no construir una carretera como alternativa para conectarse con la otra orilla.
La emigración que en los años 50 se había ido llevando a los más jóvenes, acabó por sacar "a la fuerza" a todos los clamosinos en los años 60.
Barbastro y Barcelona fueron dos de los destinos preferidos para iniciar una nueva vida.
Clamosa se mantuvo con presencia humana hasta 1969 en que cerró su puerta la familia de casa El Pon, Joaquín Pesque y Mercedes Sánchez con tres de los cinco hijos que tuvieron.

"Los de Latorre y nosotros fuimos los últimos en salir de Clamosa porque aún no habíamos cobrado todo lo de la expropiación. Los de Latorre se fueron un poco antes y al final solo quedaron mis padres y hermanos. Cerraron la casa en mayo de 1969 y se vinieron para Barcelona donde estábamos otro hermano mío y yo. Toda la familia se adaptó muy bien al cambio tan brusco que suponía pasar de vivir en un pueblo aislado de montaña a una gran ciudad como era Barcelona. Siempre me sentí muy orgullosa por ello.
Mis padres nunca volvieron a Clamosa. Mi padre no quiso volver. Primero había que ir andando y cuando hicieron la pista el pueblo sufrió un gran expolio y pensamos que a mi madre le causaría un gran sufrimiento ver el saqueo que se había producido en el pueblo. Ella era la heredera, había recibido el patrimonio de su padre y sería muy cruel para ella ver en lo que había quedado convertida la casa cuando pasaron los expoliadores. Resulta que un anticuario les compraba la puerta, le gustaban los clavos que tenía que eran antiguos y hechos a mano. Mi madre no quiso venderla y dijo que quería dejar la casa cerrada, la llave se la trajo para Barcelona. Cuando yo volví por primera vez habían arrancado la puerta, habían saqueado todo lo que encontraron en el interior y se llevaron las tejas de los tejados. Mejor que mi madre no lo vio.
¡Para eso sirvió la pista que hicieron cuando ya nos habíamos ido todos!
MERCEDES PESQUE.


Fuentes de información:
-Mercedes Pesque de Casa El Pon.
-Blog: "Mi infancia en Clamosa"
-"Despoblados en el antiguo municipio de Clamosa". Manuel P. Benito Moliner.
-Vecino de Escanilla.


Visitas realizadas en mayo de 1996 y noviembre de 2016.

PUBLICADO POR FAUSTINO CALDERÓN.

Punto y aparte. Son las tres de la tarde de un fresco día otoñal cuando llego ante los muros de Clamosa. Atrás ha quedado la suave caminata de hora y media desde el pueblo recuperado de Caneto. Desde aquí una barrera impide el paso a todo tipo de vehículos.
Al haber llegado por este camino me pierdo la maravillosa panorámica que si tiene el pueblo en su ubicación si se accede por el camino de Aldea de Puy de Cinca. Otra vez será.
Causa dolor y tristeza ver el estado agonizante en que se encuentra este otrora bellísimo despoblado oscense.
Ha sido uno de los deshabitados más bonitos de toda la provincia (lo sigue siendo pero con un proceso muy acelerado de destrucción). Lo que no cambia con respecto a mi primera visita realizada veinte años atrás es la dificultad para moverse por el interior del pueblo. En aquellos años ya era difícil por no decir imposible llegar hasta las entrañas del pueblo. Ahora igual, la abundante vegetación y la multitud de escombros de los edificios caídos lo hacen inviable. Es una lástima porque tuvo que tener un trazado urbano de primera categoría, con calles en cuesta, pasadizos abovedados, rincones sugerentes y una belleza sin igual en sus edificios, con las viviendas muy juntas unas con otras. Viendo la insólita belleza que atesoran las dos casas que todavía se mantienen en pie (Plana y Latorre), uno no puede por menos que imaginarse como tendría que haber sido un paseo por el pueblo si el resto de viviendas estaban al mismo nivel. Un deleite para la vista. Sensaciones que solo los que vivieron en este pueblo o los que tuvieron la suerte de visitar este pueblo recién deshabitado podrán conservar en su memoria, a los demás solo nos queda hacer trabajar la imaginación.
Apenas puedo llegar hasta la plaza de la iglesia, donde una maraña de vegetación impide ver los hermosos edificios que la componían. Lo que parece ser una prensa de vino, una puerta caída, una balaustrada de piedra, y poco más, mucho escombro y mucha maleza. A duras penas se puede llegar hasta la iglesia y acceder a su interior. Grande y hermosa a tono con el pueblo. Las vistas desde el campanario son hermosas, y desoladoras.
Voy hasta las dos casas que quedan más hacía el oeste del pueblo. Casa Latorre ha perdido parte de su fachada y un hermosísimo pasadizo abovedado bajo cubierto que llegaba hasta la misma puerta de casa. ¡Que lastima! Era uno de los rincones guapos de Clamosa. Pese a no conservar foto de ello en mi primera visita lo recordaba fresco en mi memoria como uno de los pasos cubiertos de calle más sorprendentes y bellísimos que hubiera visto nunca.
Me acerco hasta Casa Plana, radiante de hermosura y todavía en aceptables condiciones. Entrar a ella es como acceder a un museo etnográfico (sin muebles ni objetos) para ver cómo era una casa pudiente en siglos pasados. Vistas espectaculares del embalse desde sus ventanas.
El sol está a punto de ocultarse y va tocando finalizar la visita a este bonito lugar de Clamosa. Toca volver hasta Caneto donde tengo el coche y la mitad de la caminata de vuelta la haré de noche. Es lo que tiene que los días sean tan cortos.


Foto cedida por Mercedes Pesque.

Clamosa en los años 80. La despoblación estaba reciente. Las edificaciones todavía presentaban un buen estado.
"Esta foto la hizo mi hermano Joaquín. No había pista, había que ir andando desde Pano, fue el último que salió del pueblo junto con los padres y dos hermanos pequeños y creo que fue el primero de nosotros que fue de visita.
La primera vez que yo fui llegamos hasta la plaza en coche, pero ya todo estaba más deteriorado, las casas y las calle llenas de arbustos impedían transitar por sus calles con facilidad, éramos más jóvenes y conocíamos el terreno como nadie, recorrimos el pueblo, pero algunas calles estaban intransitables, algunos edificios habían caído en parte, pero no fue impedimento para visitar todo el pueblo. En nuestra casa pudimos subir hasta la primera planta, había caído parte del tejado al hueco de la escalera (Se llevaron las tejas). Esta foto puedo identificar cada edificio y cada estancia de las casas que vemos en la foto, de derecha a izquierda, casa Salamero, Torrocella y El Pon". MERCEDES PESQUE.




Clamosa. Año 1996. Vista desde el oeste.




Llegando a Clamosa por el camino de Caneto. Casa Chía. La única vivienda que está separada del núcleo urbano. Voluminosa vivienda en construcción oblicua. Por encima de ella y en el lado izquierdo se divisa los escasos restos que quedan del castillo de Clamosa. El pueblo queda situado detrás del cerro, orientado hacia el sur.



Accediendo por empinada cuesta al núcleo central de Clamosa. Fachada sur de la iglesia. A la derecha queda la abadía. A la izquierda la sacristía, bajo ella pasa la calle.



El callejón de Vicente. Precioso paso de calle bajo el arco sobre el que está situada la sacristía. Por aquí se accedía a la plaza de la iglesia. No se puede avanzar mucho más puesto que está tomada literalmente por la vegetación.



Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, obra barroca del siglo XVIII.



Otra imagen del templo. Torre- campanario con cuatro vanos rematada en cúpula. Después de la guerra civil solo tenía una campana.



Pórtico de acceso a la iglesia.




Interior del templo. Altar mayor en el centro, sobre él se sitúa un óculo ciego. Hornacinas laterales. Púlpito a la izquierda. El retablo mayor y dos confesionarios fueron trasladados al Museo Diocesano de Barbastro. La pila bautismal fue expoliada. Era de buena ejecución, en forma circular y esculpida con motivos decorativos.



Interior del templo. Acceso al interior. Coro sustentado por una columna. Hornacinas laterales flanqueadas por pilastras rematadas en capiteles jónicos.



Ruina. Desolación. ¡Qué imagen más bonita sería hace sesenta años! Por encima de las casas se ve el muro que formaba parte del castillo de Clamosa. Hasta aquí subían los jóvenes del pueblo los domingos por la tarde para estar en pandilla. Jugaban a las cartas, a contar chistes u otras historias. Una manera de pasar el rato. Al fondo el tozal de Palo.



Casa El Pon. La última vivienda que se cerró en Clamosa.




Casa Bergua. Sus inquilinos se trasladaron a vivir a Casa Lecina cuando se fueron los de aquella casa. Esta vivienda se quedó como salón de baile para la juventud. En el centro de la imagen se divisa la ermita de Nuestra Señora de la Esperanza.



"La postal de Clamosa" Casas Plana y Latorre.




Casa Plana. Preciosa y voluminosa construcción. Portada de acceso en arco de medio punto. Fecha inscrita en la dovela central (AÑO 1809). Profusión de vanos situados de manera irregular orientados al sur y al este. Galería de arquillos en la falsa. Tejado a dos vertientes.
Vivía en ella el matrimonio formado por José e Inocencia con dos hijos que tenían. Emigraron a Barbastro.



Casa Latorre. Fachada este. Acceso a la vivienda en arco de medio punto. Escudo armero de los Latorre sobre ella que seguramente fue expoliado. Se accedía hasta este rincón por un precioso pasadizo abovedado que se desmoronó, al igual que parte de la fachada.
Vivía en ella el matrimonio formado por Antonio y Dorotea. Él falleció en el pueblo y ella se marchó con el hijo mayor (el heredero) a Huesca capital. Dos hijas y un hijo se habían marchado anteriormente a Barcelona.



Fachada al sur de casa Latorre.




Desde la puerta de casa Plana partía la calle que pasaba bajo casa Latorre. Al desmoronarse la fachada por su lado este ha taponado el paso de la calle.



Las aguas que echaron al que se asomaba al balcón.




La escuela de Clamosa. Estaba en la planta baja, quedando la de arriba como vivienda de la maestra.



Para que se beneficiaran los de abajo, se perjudicó a los de arriba. ¿No podían haber coexistido ambos?



Casa Lecina. Fueron de los primeros en emigrar. Se marcharon a Barbastro y no volvieron más por Clamosa. Después se vinieron a vivir aquí los de casa Bergua, José e Isabel, una hermana soltera que vivía con ellos (Ramona) y el hijo del matrimonio (Pepito). Pusieron una pequeña tienda. Vendían un poco de todo, las cosas más básicas, para lo cual iban a Graus a suministrarse.



El pajar de casa Latorre como avanzadilla de los edificios del pueblo mira con rabia y amargura a las aguas traidoras del Cinca represadas en el pantano de El Grado.



Ermita románica de Nuestra Señora de la Esperanza. A unos doscientos metros del pueblo. Parece ser que fue la antigua parroquial de Clamosa.



Interior del templo. Profusión de colores llamativos en base al verde y al azul. Mesa del altar mayor caída en el suelo. Parece ser que una pequeña verja separaba el presbiterio del resto del templo. Nada queda de ella.



Interior del templo. Escalera de acceso al coro. Bancos de piedra corridos contorneando la pared. Pila de aceite en el suelo.



La ermita de San Antonio. Espadaña en el centro. A unos trescientos metros del pueblo, en el camino a Caneto.



La ermita de San Martin, situada junto al cementerio del pueblo. Se encuentra a algo más de un kilómetro del pueblo, cerca del camino a Caneto.

19 comentarios :

  1. Qué pena no haber leído antes esta entrada, porque hace no mucho estuve una semana por la zona del Sobrarbe y pasé por algunas de las localidades que mencionas; pero Clamosa se me escapó...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno Espe no te lamentes por no haber podido leer antes esta entrada porque esta recién publicada.
      Seguro que se te presentará la ocasión de volver por allí.
      Huesca es una provincia maravillosa, en todos los sentidos.
      Para volver una y otra vez.
      Saludos.

      Eliminar
  2. Roberto Tartajlunes, 16 enero, 2017

    Hola Faustino,por lo que cuentas,ese pueblo tenía de todo,luz eléctrica,variedad de agricultura,ganadería y hasta dos canteras!!,encima por lo que se puede apreciar en las fotos tuvo que ser precioso en sus tiempos,antes de abandonarlo,una verdaderea lástima ya que prácticamente no carecía de nada pero tuvieron que hacer el pantano para expropiarlo y quedar abandonado,una verdadera lástima,como siempre nos ofreces una extensa y detallada información sobre el lugar que describes,un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Simplemente una carretera hubiese evitado la muerte de Clamosa. Se podía haber hecho una expropiación parcial (solo las de las tierras afectadas) y de una manera o de otra algunos podrían haber seguido viviendo allí. Pero sin comunicación con la otra orilla del río se quedaban completamente aislados.
      Sería un pueblo impresionante a día de hoy. Una ubicación de primera, un entramado urbano maravilloso y una arquitectura popular de mucho sabor.
      Bueno Roberto no esta tan detallado el reportaje como yo hubiera querido. Faltan muchos aspectos y detalles sobre la vida cotidiana de Clamosa que se quedan en el tintero.
      Espero que con el paso del tiempo algún clamosino se anime a colaborar para ampliar el reportaje sobre este bellisimo pueblo y darle el reconocimiento que se merece.
      Un abrazo.

      Eliminar
  3. Pronto hará dos años que estuve en Clamosa, accedí desde Puy de Cinca.
    Hay lugares en los que ni te haces a la idea de lo que puedes encontrar, sin duda aquí descubrí que puede que Huesca sea la provincia con los pueblos deshabitados más bellos de España, sea la ubicación, las piedras de sus casas; sus iglesias, a pesar de ser núcleos muy pequeños, la espléndida naturaleza que les rodea...
    Precioso reportaje. Gracias por devolvernos a Clamosa sin tener que ir de nuevo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy de acuerdo en que siendo preciosos los deshabitados de todas partes, los de Huesca son insuperables.
      A todos esos factores que comentas para resaltar la belleza de los despoblados de esta provincia añadiría la dificultad para acceder a muchos pueblos. El no poder llegar con coche a gran parte de ellos y tener que hacerlo después de una larga caminata les da un plus de atractivo y de magia.
      Si accediste por Aldea de Puy de Cinca pudiste ir viendo desde abajo la maravillosa ubicación de Clamosa.
      ¡Mira que es guapo este pueblo a pesar de estar ya agonizante!
      Gracias por dejar tu comentario.
      Un cordial saludo.

      Eliminar
    2. Sí que disfruté de las vistas de este pueblo y de esa cuesta que aprieta pero no ahoga para acceder a él, una delicia sin duda.
      Te escribo de nuevo porque siempre leo el apartado de "reflexiones" y éste en particular es muy emotivo. Los informantes son la única conexión que podemos mantener con el pasado, escucharles no solo es aprender o rememorar con ellos, es también disfrutar de su amena conversación, es sacarles del ostracismo en el que algunos se encuentran. Es devolverles aquellos valores que creían perdidos, es ver que aún se les quiere. Y que en ese lazo de unión que creían perdido, vean que aún es tan fuerte que puede hacer que un pueblo abandonado reviva.
      De nuevo gracias y felicidades.

      Eliminar
    3. Hago mías tus palabras.
      No puede haber mejor manera de expresar el papel que juegan los informantes en este trabajo.
      Lo has clavado.
      Poco más tengo que añadir ante tan acertadisima definición.
      Un cordial saludo.

      Eliminar
  4. Hola.
    Ayer dia de San Antonio descubri la publicacion de este trabajo sobre Clamosa.Me ha gustado la presentacion y se nota que estas especializado en estos temas.Felicidades.
    Aunque tengo muchas imagenes de Clamosa y creia que las tenia todas, pues no,la fachada de mi casa la tengo de mas lejos y la ermita de San Martin tanpoco pude conseguirla.
    Solo queria aclarar que lo mio no es amargura, yo ya tenia claro que mi futuro no estaba en Clamosa. Lo decidi cuando con quince años fui a Barcelona y estuve hasta los 18 para convencer a mis padres,fuí la primera de casa que fue a Barcelona, mi familia fue cinco años mas tarde.
    No me importa que se fueran mis padres lo que no me gusto es que desapareciera el pueblo.
    Un cordial saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Mercedes.
      Me alegra que te haya gustado el reportaje sobre tu pueblo. Si una clamosina da el visto bueno es que el trabajo esta bien hecho.
      Cuando escribí la palabra amargura no me refería a tu situación personal y tus ganas de salir de Clamosa, me refería concretamente a la amargura y rabia que muestras en los textos y en las fotos del blog por la injusta situación a la que se ha visto abocado el pueblo.
      Para alguien nacido en Clamosa es muy doloroso ver el estado actual del pueblo, y eso es lo que me parecía a mi entender que tratabas de reflejar en tu blog.
      Simplemente era eso.
      Gracias por dejar tu comentario.
      Un cordial saludo.

      Eliminar
    2. Buenas noches.
      Creo que fue en verano de hace dos año visite el pueblo con mi familia. hasta la nieta que era pequeña se lo paso en grande el motivo es que me veian contenta contando mis fechorias de niña con pelos y señales, yo era muy traviesa,fue un dia muy bonito.
      No era lo mismo tener que ganarse la vida,mucho trabajo para tener lo imprescindible.
      Alli estaban los recuerdos pero faltaban las personas, los compañeros de juegos y las personas que eran como familia yo pienso que hubiera sido muy bonito poder volver con el pueblo habitado.
      Nosotros fuimos en coche,nos acompañaron,dice que no podian dejarnos la llave y ofrecio acompañarnos.Yo dije que no iria andando y por eso no fui hasta que hicieron la pista,fuimos varias veces, cuando se podia hacer fuego haciamos carne a la brasa, ahora hay que llevar la comida hecha.
      la ultima vez me dijo mi amiga."Es el dia que mejor me lo he pasado de todo el verano "
      FELICIDADES POR ESE TRABAJO.

      Eliminar
  5. empresa de construccionmiércoles, 25 enero, 2017

    La zona es preciosa y las construcciones son geniales y antiguas, me encantaría poder ir pronto a la zona y verlo personalmente! Gracias por la recomendación

    ResponderEliminar
  6. Lo q cuentas del "cajón" me parece muy peculiar. En estos pueblos vivian historias q ahora nos parecen imposibles. Estoy de acuerdo con lo que comentáis más arriba sobre los pueblos de Huesca. Son preciosos. Gracias por mostrarlos, Faustino.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es. Estas peculiaridades que se daban en determinados pueblos son vistas a ojos de hoy día como atrasos o tiempo pasado.
      Pero era una manera ingeniosa de salir adelante sobreponiéndose a las adversidades.
      Si no había puente para cruzar se solventaba el problema con "un paso elevado" a modo de transbordador aéreo.
      Pues si Peña del sol, los pueblos de Huesca son maravillosos, es difícil elegir entre tantos pero como los de esta provincia ninguno.
      Gracias por dejar tu comentario.
      Un cordial saludo.

      Eliminar
  7. Hola, escribo desde Casa Selba, llevamos 6 años vivendo en este pequeño paraíso, recuperando las huertas y los olivos, rehabilitando las casas y tejados, creando redes entre pueblos y hemos conseguido tener escuela en Caneto.
    Ahora la confederación hidrográfica del ebro nos quiere echar por via penal, tenemos un juicio por usurpación el 25 de mayo.
    Usamos este canal porque también amamos estas tierras, queremos que sigan con vida, recordando y respetando su memoria.
    Venid a visitarnos cuando querais, y para contactar con nosotras escribidnos en
    vivalaselba@gmail.com
    vivalaselba.wordpress.com

    ResponderEliminar
  8. Excelente y nostálgico reportaje. Visitar Clamosa, como tantos otros pueblos del Sobrarbe retrotrae a tiempos no muy lejanos, cuando corrían los pequeños, trabajaba las gentes y había vida en cada casa. Felicidades por tu reportaje y por traernos a la memoria y al conocimiento de toda esta vida en los pueblos de la Comarca de Sobrarbe

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tus palabras.
      Sobre todo es un trabajo nostálgico, es un viaje en el tiempo. A la vez que sirve para admirar, valorar y entender a las gentes que vivieron en estos lugares.
      Un cordial saludo.

      Eliminar
  9. Hola, mi abuelo vivia en la caseta Olivera, sabes donde podria encontrar más información de sus huespedes, fotografias, forma de vida... me interesa muchisimo la verdad.

    Saludos, genial reportaje.

    ResponderEliminar