La Vereda (Guadalajara)

El pueblo de La Vereda parece sacado de un cuento de los Hermanos Grimm. De una belleza extraordinaria, es una de las joyas de la despoblación en España. Pero no fue tan idílica la vida en La Vereda como pueda parecer. Más bien al contrario, fue una vida muy dura, un terreno muy abrupto, aislado, mal comunicado, con un clima muy severo, situado a más de mil metros de altitud y con muchas carencias de servicios básicos hacían de este pueblo un ejemplo de la lucha por la supervivencia en un medio hostil.
Es el máximo exponente de la llamada arquitectura negra de Guadalajara, en la parte noroccidental de la provincia, en la sierra de Ayllón.
Situado en un saliente rocoso, colgado sobre el arroyo Vallosera, el pueblo de La Vereda perteneció al ayuntamiento de El Vado hasta que este pueblo quedó bajo las aguas del pantano del mismo nombre, pasando a tener ayuntamiento propio hasta su despoblación en los años 70, desde entonces hasta la actualidad pertenece al ayuntamiento de Campillo de Ranas.
 Estaba conformado por algo más de una treintena de casas separadas en dos barrios, quedando las casillas y pajares en la parte más baja del pueblo, hacia el barranco.
Todas las viviendas seguían una tipología muy parecida, con el empleo de la pizarra, tanto en muros como en tejados. De una sola planta con cámara o cambara en la parte de arriba, al exterior tenían pocos y pequeños vanos para las ventanas con el objeto de preservar el interior de las casas de las inclemencias meteorológicas.
La ganadería era su principal medio de vida y dentro de ella eran las cabras las que se llevaban la parte más numerosa.
Este animal era primordial en la vida de los veredanos por su aporte de carne en la alimentación, pero también facilitando leche para su consumo y para realizar el queso de cabra, pero sin olvidar que era la venta de los cabritos el mayor ingreso para sus habitantes, cabritos que se llevaban principalmente a Sepúlveda (Segovia)
El ganado se mantenía en el pueblo y sus pastos cercanos hasta San Pedro a últimos de junio, fecha en que se subía a los pastos de verano situados en el Monte de la Cerrada donde se guardaba en las llamadas ¨teinas¨, volviéndose a bajar al pueblo hacia el 16 de agosto.
Las ovejas quedaban en un segundo plano. El día 11 de junio, San Bernabé, se realizaba el esquileo de las ovejas y se subían a los pastos de verano. Este día era tradición comer un cocido con la lengua del cerdo que se había matado el año anterior.
No faltaba un número considerable de mulas, animal necesario para las tareas agrícolas y para el transporte humano en estas tierras donde no llegó nunca un vehículo.
Había mucha tradición en La Vereda de poseer colmenas para la extracción de miel.
La agricultura quedaba en un plano secundario al ser un terreno muy escabroso y de poca calidad.
Se cultivaba trigo y centeno principalmente y legumbres, hortalizas y verduras en los pequeños huertos para consumo propio. En los árboles frutales eran los cerezos y los nogales los que se llevaban la palma.


Arrenes de La Virgen
Arroyo Vallosera
Arroyo del Pajarejo
Barranco de Roblemarina
Barranco de Las Pizuelas
El Cerrajo de las Tres Lindes
El Llanete
El Robledo
Eras de la Carrasca
Eras de las Salegas
Hazas de Matallana
Hondón de los Pajares
Huertos de Las Pizuelas
Juego de bolos
La Bustariega
La Cabezuela
La Carrasca
La Fuente de los Tocones
La Granja
La Matallana de La Vereda
Las Cofradías
Pedazo de La Vereda

**Son algunos topónimos de lugares comunes de La Vereda que quedaran para siempre en el recuerdo de las gentes que habitaron el pueblo**



San Pedro era el patrón del pueblo al que celebraban fiestas los días 29 y 30 de junio.
La fiesta empezaba muy temprano con la ronda de los mozos por las diversas casas para recoger las rosquillas de ¨baño¨ con las que se componía el Ramo. Se tocaba la jota serrana en cada casa, invitando los dueños a pastas y anís para los presentes. Se recogían dos rosquillas por cada casa, una para el Ramo y otra para los mozos.
A mediodía se celebraba la misa y la procesión correspondiente en la que se llevaba la imagen de la Inmaculada Concepción. Tras el breve recorrido, se subastaban las andas y las ¨cintas¨ que adornaban la imagen antes de la entrada en la iglesia.
Por la tarde se hacía la subasta del ¨Ramo¨, armazón de madera adornado con las rosquillas recogidas y con cintas y ramas de cerezo, con lo obtenido se sufragaban gastos de la iglesia y de la fiesta. Tradición esta del Ramo de la que ya hay constancia desde 1681.
El baile se hacía en el interior de la Casa de la Villa y los músicos eran gentes del mismo pueblo que con guitarras, bandurria y laúd más el acompañamiento de triangulo, botellas de anís y cañas entrechocadas hacían bailar a los presentes la típica jota serrana.

¨Matallana está en un llano, La Vereda en una cuesta,
y El Vado está a orilla del río, ¨arrecogiendo¨ la pesca¨.

¨En El Vado hay buenas mozas, y en Matallana mejores,
y llegando a La Vereda, como ramitos de flores¨.

¨Entre Tamajón y El Vado, han sembrado un melonar,
Matallana y La Vereda, se los bajan a quitar¨.


Había costumbre el día de la fiesta de hacer un guiso de patatas o un cocido de garbanzos, en cada casa se hacían las ¨rosquillas de baño¨. Estas rosquillas se ¨bañaban¨ en clara de huevo al punto de nieve y se intentaban hacer lo más grandes posibles para poder presumir de rosquilla. Dos rosquillas se daban a los mozos en la ronda mañanera, una para el ¨Ramo¨ y otra para los propios mozos, el resto se compartía con vecinos y familiares.
De Matallana y El Vado era de donde acudía más gente a participar de las fiestas y en menor número de La Vihuela, Roblelacasa, Valdesotos...

El cura subía a oficiar misa desde Tamajón en caballería, pero después de la guerra civil ya no se oficiaba misa dominical debido a la incomunicación cada vez más acusada de La Vereda y a la incipiente emigración que iba mermando el número de habitantes del pueblo.
El sacerdote solamente acudía a La Vereda cuando se le solicitaba para un bautizo, primera comunión, boda o entierro, o bien para las fiestas de San Pedro.
Los vecinos llevaban un turno de acogida para saber a qué casa le tocaba darle de comer o incluso cama si pernoctaba en el pueblo.
El médico estaba en Tamajón pero prácticamente nunca subía por La Vereda, eran los veredanos los que bajaban a consulta médica a Tamajón, donde también había botica para comprar medicamentos.
Hay constancia de una niña en 1960 que enfermó de apendicitis y la llevaron en una parihuela sobre mulas hasta Tamajón, y desde allí en coche particular hasta Guadalajara para operarla.
Para los partos o enfermedades sencillas se confiaba en las mujeres del pueblo que tenían conocimiento de ello.
También en Tamajón residía el veterinario.
El cartero vivía en El Vado pero tras la desaparición de este pueblo, eran los propios veredanos los que recogían las cartas en Tamajón cuando iban por allí por algún motivo.

En Tamajón también había tiendas donde se podían surtir de todo lo necesario como comestibles que no había en el pueblo, ropa, útiles de herramientas, medicinas, etc.
A Valverde de los Arroyos llevaban la lana ya hilada de las ovejas para que la tejieran e hicieran mantas, mantones, alforjas, etc.
A Valdepeñas de la Sierra llevaban las aceitunas recogidas de los olivos para hacer aceite.
No había taberna en La Vereda, los mozos compraban arrobas de vino en Tamajón para las reuniones festivas.
Para moler el grano iban al molino de El Vado o a otro molino que había en el curso del río Jarama entre Matallana y El Vado, al quedar ambos molinos anegados bajo las aguas en 1954 se construyó un molino en las cercanías de La Vereda junto al arroyo Vallosera.
Cada casa solía tener su horno.
Todos los sábados se hacía baile en el interior de la Casa de la Villa.
Si ya de por si era difícil el acceso a La Vereda, las frecuentes nevadas en invierno lo dejaban completamente incomunicado. Era época de matanza, de gruesas mantas para dormir y de combatir el frío al calor del fuego en las cocinas.
Propio de los lugares muy aislados era el ¨hilandero¨, reuniones en las que las mujeres y niños desgranaban judías, se tejía y se hilaba y los hombres arreglaban herramientas y hacían cestas, a la par que se contaban historias y recuerdos de tiempos pasados.

Entre las costumbres de La Vereda varias se pueden citar:
- La víspera de Todos los Santos, se reunían para matar la ¨machorra¨, un macho cabrío viejo, hacer con él el ¨repasto¨ (guiso con huevos) y cenar todos los mozos en ¨corrobra¨. En esta cena, los chicos que cumplían 14 años entraban a formar parte de los mozos y pagaban un cuartillo de vino para todos. Luego se comían las ¨puches¨ unas gachas con miel, y cuando ya los mozos estaban un poco alegres, cogían las puches y llenaban las cerraduras de las casas para no dejar pasar a las ¨animas¨. Para dar más ambiente, colocaban calabazas huecas con velas encendidas en su interior repartidas por el pueblo.

- Navidades y Reyes. La celebración de la Navidad en La Vereda era sencilla, la fiesta se concentraba en la Nochebuena con una cena austera en familia, y un gran baile con la rondalla de guitarreros en la Casa de la Villa, con degustación de vino y anís para los adultos.
El día de Navidad se dedicaba a ¨hacendera¨ en la que los hombres reparaban el estado de los caminos que estuvieran en mal estado.
El día de San Silvestre (31 de diciembre), Nochevieja el protagonismo era para la ¨Botarga¨.
Este era un personaje estrafalario que resultaba elegido de entre los mozos para ver quien hacía esa noche el papel. Se vestía con una ¨saya¨ o falda vieja de mujer, una ¨chambra¨ o blusa de mujer y una careta en la cara tiznada previamente. Al cinturón, una ristra de grandes cencerros y en la mano un garrote.
A las doce de la noche salía el botarga acompañado de los mozos, haciendo sonar estrepitosamente los cencerros acompañado del sonido de un gran tambor comunal que se guardaba en la Casa de la Villa.
De esta guisa se iba de ronda casa por casa llamando a las puertas de las mismas con el garrote y entrando hasta la cocina a remover las brasas de la lumbre en busca de patatas asadas. Los mozos que le acompañaban recogían entonces el aguinaldo, consistente en ristras de chorizo con formas de garrota, patatas, judías, trigo, centeno... que iban colocando en dos alforjas a propósito, una para el aguinaldo de los hombres, que se subastaba al día siguiente, y otra para el aguinaldo de los mozos, que lo guardaban para sus reuniones.
Si en la casa había mozas o niños, el botarga bailaba con ellos, cantando los niños:
¨Botarga la larga, cascaruleta, que más vale mi pelo que tu chaqueta¨.
Si había mozos en la casa, estos invitaban a la ronda a torreznos, pastas y anís.
Por último toda la ronda cantaba, con el único son del tambor, el Cantar de San Silvestre aprendido de padres a hijos.
Al día siguiente, Año Nuevo, se juntaban todos los vecinos en la Casa de Villa a celebrar ¨almoneda¨, subastar los bienes recogidos la noche anterior en el aguinaldo de los hombres, siendo el beneficio para los gastos del Común. Un baile con rondalla y vino era el broche final de la fiesta.

- En época de Cuaresma era costumbre que las rondas que habitualmente hacían los mozos a las mozas las noches de los sábados se realizaran con un tambor y no con guitarras como se hacían habitualmente. Las mozas durante este periodo decoraban el armazón del Ramo con picos de enaguas, manteles, cintas de colores y salían con el a pedir a todo forastero que se acercara por La Vereda. Las niñas pequeñas hacían otro tanto con un armazón de madera con forma de aspa o cruz, al que decoraban de igual modo, para pedir iban cantando canciones petitorias y romances.
En Jueves Santo se preparaba el Monumento en la iglesia, con numerosas velas compradas con parte de lo recogido.

-Carnaval. La ¨vaquilla¨ salía el martes de Carnaval por la noche, durante la celebración del baile en la Casa de la Villa. El mozo que ese año quería llevarla se colocaba unas ¨amucas¨ cubiertas con una manta de lana y con una buena cornamenta en la cabeza; hacía sonar ruidosamente los grandes cencerros que se colocaba a la cintura e iba persiguiendo principalmente a las mozas por las oscuras callejuelas del pueblo.

-El Mayo. Los mozos elegían la semana anterior el árbol, preferentemente chopo, que sirviera de ¨mayo¨ , al anochecer del 30 de abril lo colocaban en un profundo hueco excavado en la plaza de Oriente. Lo elevaban mediante sogas y en algunas ocasiones tenían que subirse al tejado de las casas colindantes. El tronco era desmochado de ramas excepto en la punta.
Luego posteriormente salían los mozos de ronda por las calles cantando el mayo a las mozas en general, y a las novias de los mozos en particular. Terminada la ronda, cada mozo preparaba su ¨enramada¨ a su moza, consistente en ramas floridas de jara, tomillo o romero, colocadas en forma de ramos en ventanas, rejas o incluso bajo las lajas de pizarra de los tejados. Si las mozas quedaban contentas correspondían a sus ¨mayos¨ con rosquillas de baño el día de San Pedro. Como broma, los mozos que querían dejar a sus novias, colocaban cardos como enramadas.

La construcción del pantano de El Vado en 1954 fue un mazazo para los veredanos pues desde ese momento se corta el camino que unía La Vereda con Tamajón a través del puente de El Vado. El Estado una vez hecho el embalse no construye una pista alternativa, con lo que La Vereda y Matallana quedan aislados, sin accesos ni ningún tipo de servicios. Tienen que ser los propios vecinos los que realicen penosamente un camino de herradura por el que tardan unas cuatro horas en llegar a Tamajón.
Sin caminos, sin médico cerca, sin servicios básicos se estaba empujando a las gentes de La Vereda y Matallana a emigrar.
Los veredanos se fueron marchando en los años 50 y 60 en su mayoría a San Sebastián de los Reyes (Madrid) en un efecto dominó en el que las primeras familias que se instalaron en este pueblo fueron arrastrando a otras. Otro grupo de personas eligió Madrid como lugar para iniciar una nueva vida.
En el año 1971 cuando aun dos familias residían en La Vereda, ICONA ejecuta la expropiación forzosa de todo el término municipal, con el interés público de la realización de trabajos hidrológicos forestales en la zona.
En el otoño de ese año los últimos habitantes de La Vereda tuvieron que recoger sus pertenencias en baúles y fardos y cargarlas en las mulas para bajar a Tamajón y de allí a su nuevo lugar de destino.
Los últimos de La Vereda fueron por un lado el matrimonio formado por Julián Lozano y María Mínguez con un hijo que vivía con ellos y por otro lado el matrimonio formado por Segundo Mínguez y Anastasia Moreno con un hermano soltero de esta, Jerónimo Moreno.
Paradójicamente en 1974 llegó a La Vereda lo que nunca había llegado hasta el pueblo: un camino rodado para vehículos realizado por el Estado.
En 1977 un grupo de personas solicitó la concesión del pueblo de La Vereda y su entorno y para ello crearon la Asociación Cultural La Vereda con el objetivo de rehabilitar y dar vida al pueblo. Pero eso ya forma parte de la historia moderna de La Vereda.
Desde 1989 los antiguos vecinos y descendientes de La Vereda, Matallana y El Vado se reúnen el 29 de junio en La Vereda para celebrar y recordar el día festivo organizado por la Asociación Cultural Hijos de La Vereda. Asociación que trata de que no se pierdan las costumbres y tradiciones del pueblo así como de conseguir la reversión de las casas que un día fueron suyas.

**Todos los datos aquí publicados están extraídos del blog creado por la Asociación Cultural Hijos de la Vereda y de conversaciones con Francisco Martín Moreno**
Imprescindible visitar dicho blog sobre La Vereda, Matallana y El Vado para conocer toda la historia, costumbres, tradiciones y toponimia de estos pueblos con todo lujo de detalles: http://hijosdelavereda.blogspot.com.es/


Visitas realizadas en mayo de 1996 y en noviembre de 2013.

Agradecimiento a la Asociación Cultural Hijos de la Vereda y en particular a su secretario Francisco Martín por la extraordinaria colaboración de datos y aporte de fotografías para la realización de este reportaje.


PUBLICADO POR FAUSTINO CALDERÓN.

La Vereda. Mayo de 1996.




Entrando a La Vereda.




Plaza de Oriente.




Calle de Oriente. Camino hacia El Vado. En primer plano la casa de Segundo Mínguez y Anastasia Moreno, que fueron de los últimos en marchar del pueblo, pero los últimos años vivieron en la casa de los balcones, que era propiedad del padre de Anastasia (Apolinar) y donde vivía un hermano de esta (Jerónimo).



Rincón de la calle de Oriente.




Foto cedida por la Asociación Cultural Hijos de La Vereda.

La misma puerta de la foto anterior a primeros de los años 60 cuando estaba habitada. Las hermanas Iruela Mínguez, Faustina y Julia, con Paco en posición arrodillada (hijo de Julia) y otro niño (Félix, el hijo de Hilaria y Antonio).



Entrando a la Plaza de Oriente. De frente la Casa del Secretario del Ayuntamiento. Se edificó hacía 1950 como residencia de este funcionario municipal, una vez que el ayuntamiento de El Vado pasó a La Vereda. Se aprecia ya el uso de ventanas de mayor tamaño que las existentes hasta entonces.



Extraordinario rincón de gran belleza en la Plaza de Oriente. La casa de la izquierda de Mariano López Mínguez con un rustico y fascinante portalillo cerrado de acceso a la vivienda y la casa de la derecha de Mauricio Esteban Esteban con su horno adosado a la fachada. Grandes cubiertas de pizarra conforman los tejados.



Foto cedida por la Asociación Cultural Hijos de La Vereda.

Hacia 1962. En el mismo lugar de la foto anterior. Julia López Iruela (hija de Mariano) realizando tareas de labor. Precioso taburete de tres patas detrás de ella.



Desde la plaza de Oriente hacia la iglesia.




La calleja. Exquisita belleza. A la izquierda la casa de Mauricio Esteban y a la derecha la de Ciriaco Martín.



La casa de Julián Lozano y María Mínguez. Fue una de las dos últimas que se cerró en La Vereda.



Foto cedida por la Asociación Cultural Hijos de La Vereda

¿Que se le vendría a la cabeza a María Mínguez en el momento de marchar observando su casa por última vez?



Plaza mayor de La Vereda.




La Casa de la Villa. Era la sede desde 1950 del ayuntamiento de La Vereda. La planta baja se componía de un gran salón de Juntas y Baile, rodeado todo él de un poyete de piedra, más un cuarto y el calabozo, situados al fondo del edificio. En la planta superior, una sala de Juntas y un espacio diáfano a modo de cámara.



Inscripción en una pizarra de la fachada:
¨Casa de Villa de La Vereda del año de 1924.
Apolinar Moreno, yo he traído este canto¨.




Escuela de La Vereda y casa de la maestra. Se construyó en los años 50. Anteriormente los niños asistían a la escuela de El Vado. La señorita María, originaria de Valverde de los Arroyos es una de las profesoras que se recuerda que impartió enseñanza aquí.



La iglesia de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción.




Pórtico de la iglesia. En esta calle estaba situado el juego de bolos y también había un olmo del que ya no queda ni rastro.



Hacia el barrio de Arriba.




Casas en el barrio de Arriba. La de la izquierda de Mariano Iruela y la de la derecha de Manuel Alonso.



La casa de Apolinar Moreno. El albañil que dio vida a tantos edificios en La Vereda y en otros pueblos del contorno. Dejó inmortalizada su firma con piedras de canto blanco en el portalillo de la entrada (APM). Rompió todos los moldes de construcciones realizadas hasta la fecha, con la inclusión de balcones. En realidad eran dos viviendas. Fue una de las dos últimas viviendas en cerrarse en La Vereda.




Foto cedida por la Asociación Cultural Hijos de La Vereda.

Llegó el momento de partir. Colocando los baúles en la mula. Victoriano y Jerónimo.




El núcleo central de La Vereda visto desde el barrio de Arriba.




Volviendo del barrio de Arriba.




Foto cedida por la Asociación Cultural Hijos de La Vereda.

Los últimos de La Vereda. Las dos familias que aguantaron hasta el final. El fotógrafo (el de las gafas situado en el centro) no se quiso perder la instantánea y puso el automático en marcha para quedar también inmortalizado.




Foto cedida por Francisco Martin.

La fuente de La Vereda.




Viniendo por el camino de Las Cortes.




Casillas y pajares para guardar ganado y paja.




Foto cedida por la Asociación Cultural Hijos de La Vereda.

Anastasia Moreno ha dejado atrás su querido pueblo de La Vereda. Caminando con las mulas cargadas de enseres hacia Tamajón.

66 comentarios :

  1. Vaya con LA VEREDA. ,Otra enhorabuena y otro abrazo.


    Guillermo

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    1. Pues si Guillermo vaya con La Vereda.
      Gracias por tus palabras y un abrazo.

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  2. Amigo Faustino:
    esas fotografías de los vecinos partiendo para siempre del pueblo, con sus borricos y enseres, son un documento y un testimonio impresionantes.

    Saludos

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    1. Así es amigo Elías, impresionante testimonio gráfico. A mi también me han impactado. Esas fotos de los vecinos cargando sus enseres dicen más que cientos de hojas escritas.
      Saludos.

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  3. Impresionante ,Faustino.A tal señor tal honor,maravilloso pueblo que visite hace un año mas o menos ,lejos de las aglomeraciones,por recomendacion tuya ,y la verda que es un pueblo imprescindible para todos los amntes de lo rural y de los parajes bonitos;el tratamiento que le das como siempre te ayuda a comprender lo que encierran las casas vacias, y sobre todo el lado humano de la despoblacion.Muchas gracias

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    1. Maravilloso pueblo amigo Blas. El pueblo es una joya pero como bien dices me interesa más el lado humano. Donde ahora lo vemos todo muy hermoso y muy fotogénico hasta hace poco más de cuarenta años la vida allí era muy dura. Comprender el aislamiento tan terrible que tenían, con malos accesos, no subía el cura, no subía el medico, no subía el cartero, no subían apenas vendedores ambulantes.
      En definitiva es lo que pretendo, que no se hable solo de La Vereda por lo bonita que es actualmente sino para homenajear y recordar a las gentes que allí vivieron.
      Ellos son los verdaderos protagonistas.
      Un abrazo.

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  4. Una delicatessen de pueblo y una delicatessen de blog.
    Gracias por tanto placer visual.

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    1. Gracias a ti D.M.O. por tu caluroso y gastronómico comentario.
      Saludos.

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  5. Fantástico post y muy bien documentado de un pueblo aún bien conservado prácticamente. Es un reducto como cuentas de un pueblo de cuento. Me lo he leído con interés, y si que lo que llamamos desde nuestras butacas algo idílico, en la vida real los que lo habitaron ajenas al incipiente progreso tuvieron muchas muchas dificultades para sobrevivir.
    Un saludo

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    1. Así es Katy, todo el que visite ahora La Vereda quedará enamorado enseguida de este pueblo, pero no hace muchos años las condiciones de vida eran muy duras.
      Hay que ver el presente pero sin olvidar el pasado y empatizar con los antiguos habitantes del pueblo.
      Saludos.

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  6. Magnifica recopilación de cultura y tradición popular. Dura como debio ser la vida en esos rincones por otra parte bellisimos. Enhorabuena. Un abrazo.

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    1. Magnifica recopilación David. Hay que darle todo el merito a Francisco Martín y a las gentes de la Asociación Cultural Hijos de La Vereda que se han preocupado de preservar y salvaguardar toda la memoria que atesora este pueblo.
      Que se conozca La Vereda no solo por la belleza que tiene ahora sino por el rico legado que han dejado los que vivieron en este pueblo.
      Un abrazo.

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  7. Enhorabuena, amigo Faustino. Vaya lugar! La inclusión de las fotografías antiguas acrecienta su valor y, seguramente para muchos, covierte este sitio en algo entrañable.

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    1. Así es amigo Antonio, un lugar con un encanto especial.
      Siempre se ha dicho que una imagen vale más que mil palabras y estas fotografías antiguas lo demuestran.
      Un abrazo.

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  8. Hola Faustino, lástima de la perdida de un pueblo tan especial aunque la vida allí fuera dura.
    Las letras de las jotas son muy divertidas.
    Un abrazo.
    Conchi.

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    1. Bueno Conchi no todo esta perdido en La Vereda.
      Las letras de las jotas siempre iban buscando ensalzar al pueblo donde se cantaban y minusvalorar a los pueblos de los alrededores.
      Un abrazo.

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  9. Hola Faustino,antes de nada disculparme por no haberte comentado antes pero estamos en plenas fallas en Valencia y no tengo tiempo ni de rascarme ya que soy fallero,viendo las fotos del pueblo con casas de piedra y techos de pizarra se intuye que tuvo que ser precioso,de hecho pese al abandono aún lo es,como siempre una pena que tuviera que ser abandonado como tantos otros y lo que me ha llamado la atención han sido las fotos antigüas de los vecinos dejando tantos años y recuerdos atrás,como siempre enhorabuena por tan extensa y detallada explicación,saludos

    Roberto

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    1. Roberto no tienes que justificarte de nada, ni de la tardanza en comentar, ni de realizar comentario alguno. Yo se que aunque no comentes estas ahí, eres de los lectores fieles y con eso me vale.
      Tuvo que se autentico La Vereda antiguamente, con su arquitectura original, sin estar retocado.
      Las fotos antiguas hablan por si solas y nos da la oportunidad de rendir un homenaje a los que son los verdaderos protagonistas de esta historia. Hoy día no estaríamos hablando de La Vereda sino es gracias a quienes la construyeron y la habitaron.
      Espero que estés disfrutando muchísimo con vuestra fiesta grande.
      Un abrazo.

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  10. Enorabuena por el blog es exquisito.Me ha encantado La Vereda me recuerda al pueblo de mi madre en la comarca de Aliste(Zamora) por las construcciones en pizarra.Por cierto nunca has escrito nada sobre ningun pueblo de Zamora y Salamanca.Un saludo gracias por el blog estoy enganchado a el.

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    1. Si tiene cierta similitud con la arquitectura de Aliste y también con las de la Cabrera y el Bierzo por el uso de la pizarra aunque tienen sus diferencias arquitectónicas pues mientras que en las zonas leonesas se usaba mucho el balcón o galería en La Vereda era inexistente.
      Llevas razón en cuanto a la inexistencia momentánea de pueblos zamoranos y salmantinos en el blog. Quizás la escasez de deshabitados en ambas provincias no me ha hecho lanzarme rápidamente a visitar por allí. Hay muchos sitios para visitar y la querencia siempre me lleva para otros lares.
      Varias veces he estado a punto de visitar un deshabitado de Zamora pero luego lo he ido posponiendo.
      Espero no tardar mucho en hacerlo.
      Gracias por tu comentario y tus palabras y espero que te siga gustando el blog.
      Saludos.

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  11. Encantador el pueblo con sus peculiares casitas, magnificas fotografias y el extenso reportaje. Me imagino la alegria y el ambiente que existía en sus muchas celebraciones, es muy curioso, recuperar y no olvidar las palabras típicas y sus coplillas. Enhorabuena a la asociación que lo supo conservar.
    Un abrazo Faustino.

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    1. Hay dos aspectos en la historia de los pueblos que son poco tratados o menos conocidos como son la toponimia y el folclore tradicional. En el caso de La Vereda sin embargo la asociación ha hecho un gran trabajo de recopilación y ha sabido preservar topónimos, palabras y coplas que de otro modo se hubieran perdido irremisiblemente.
      Si es verdad que la dureza de vida que llevaban los veredanos la sobrellevaban con el buen ambiente festivo y tradicional en sus fechas más señaladas.
      Un abrazo Magdalena.

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  12. Me ha encantado este pueblo, es precioso! Por sus casas construidas con piedras me ha recordado a Santa Marina, en La Rioja.
    Sabes, tengo un taburete con tres patas parecido a ese, a pesar de que está muy viejo le tengo un gran cariño y no quiero restaurarlo para que no pierda su encanto.
    Que bonito el reportaje, acompañado de las fotos de antaño. Por lo que nos has relatado, veo que a pesar de su ubicación, de los problemas que conlleva el vivir en un lugar tan remoto, sus vecinos sabía disfrutar, mucho más de los que tenemos todas las comodidades.
    Saludos

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    1. ¡¡ Pues guarda ese taburete que es un tesoro !!
      A mal tiempo buena cara debían pensar los veredanos. Tenemos un medio de vida difícil pero llevamos la vida con alegría.
      Es lo que había antes en los pueblos Paca, nada que ver con lo de ahora que lo tenemos todo y no estamos contentos con nada.
      Saludos.

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  13. Una vez mas Fantastico!! Enhorabuena!! Verdaderamente un pueblo preeeciiiiosiiisiiimo!! Que pena que Matallana o la Vihuela no corrieran la misma suerte... han sido muchas ocasiones las que he podido disfrutar de La Vereda y cada vez que voy es mas hermosa... Graacias Faustino!!

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    1. Si es verdad que La Vereda es un pueblo que no se cansa uno de visitar, su entorno, su arquitectura y su tranquilidad animan a visitarlo con frecuencia, además siempre se van descubriendo aspectos y detalles que en una anterior visita no se descubrieron.
      Gracias por tus palabras Tendillero.
      Saludos.

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  14. Buenas tardes Faustino . Mira que te sigo pero me e quedado in presionada con el pueblo de Lavereda .Es precioso y muy bonito y las istorias que estan escritas .Verdadera mente cuanto pasaron esas personas pero las ganas de sobrevivir hicieron que e migraran cosa que no veo mal pues creo en la jubentud y no lo dejen que muera pues sele puede sacar mucho partido en turismo es digno de ver :y como siempre amigo eres unico con sus fotos de los vecinos. y casa tan bonitas como tu dices parece de cuentos un saludo canpeon de natividad gil garcia

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    1. Es que es para quedarse impresionado cuando uno visita La Vereda por primera vez.
      Tuvieron una vida muy difícil por lo que se vieron obligados a buscar una mejor calidad de vida en las ciudades y a los que no optaron por marchar los ¨invitaron¨ a irse poniéndoles todo tipo de impedimentos para que pudieran seguir viviendo allí.
      Gracias por tu cariñoso comentario Natividad.
      Un abrazo grande.

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  15. Pero que pueblo más bonito!!
    Se encoge el alma ante la impotencia, así es la vida con todo, menos mal que aquí queda la historia y eso nunca se perderá ya. Besetes.

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  16. Esta primavera pienso visitar La Vereda, El Vado. Bonaval, bueno...... estas tierras del norte de Guadalajara. Todos pueblos que son impresionantes a pesar de su abandono

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  17. De nuevo mi enhorabuena por tu trabajo

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    1. Gracias por tus palabras Paloma.
      Te va a encantar toda esta zona de los pueblos negros de Guadalajara, tanto los deshabitados como los que aún se mantienen con vida. Ahí esta la joya de la corona que es La Vereda. Del pueblo de El Vado solo queda la iglesia en pie y el acceso es complicado pero ya puestos no esta de más.
      Los que estan habitados (Majaelrayo, Campillo de Ranas, Robleluengo, Valverde de los Arroyos, etc) han perdido un poco de la rusticidad que tenían antaño pero siguen teniendo un encanto tremendo.
      Que disfrutes mucho de la experiencia porque la excursión merece la pena.
      Saludos.

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  18. Conozco los pueblos de arquitectura roja y negra de Segovia y alguno de Guadalajara, pero me falta esta zona y no quiero dejar de conocerla. Saludos

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  19. José Luis Mínguezdomingo, 25 enero, 2015

    Anastasia y Segundo son mis abuelos, de hecho Anastasia todavía sobrevive con 94 años. Gracias por no permitir que su memoria se borre.

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    1. A la memoria de estas personas están dedicados estos reportajes, es lo menos que podemos hacer por ellos. Hay que admirar toda la vida que llevaron.
      Cuidar mucho a la abuela Anastasia y escuchar todas las vivencias que haya tenido en su querido pueblo. Son un legado que no podemos desaprovechar.
      Gracias por tu comentario José Luis.
      Saludos.

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  20. que pena que decubrí este blog hace solo unos meses, lo que me he perdido...en fin
    hermosísimo pueblo que por supuesto no caerá en el olvido, somos muchos los que apreciamos la belleza de estos parajes y admiramos a la gente que consiguio salir adelante en ellos
    Apreciado Faustino ademas de las fechas en que el / los pueblos se quedaron abandonados, sabes el año / siglo en que se fundaron?, sabes? creo que falta 1 o 2 fotos del interior de las casas..un saludo

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    1. Hermosisimo pueblo este de La Vereda si es verdad, aunque la vida no fue tan fácil allí como ahora pueda parecer.
      No me documento sobre las fechas de fundación de los pueblos, llevaría muchísimo trabajo de investigación y en bastantes casos no se podría dar la fecha exacta.
      Además siendo interesante este dato a mi lo que verdaderamente me interesa es los últimos cuarenta o cincuenta años de vida del pueblo, hasta que estos se quedaron vacíos.
      Son varías las personas que echan a faltar fotos del interior de las casas, pero salvo algún caso excepcional que muestre algo de interés, no las considero relevantes para mostrar el pasado de cada pueblo.
      Pero aún así algunas se muestran en diferentes pueblos.
      Aunque descubrieras el blog hace unos meses no es tarde para coger el hilo porque puedes deleitarte leyendo las historias particulares de cada pueblo.
      Gracias por dejar tu comentario.
      Saludos.

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    2. Hola, la primera mención documental de El Vado, cabeza del Concejo, data de 1373 cuando se le desgaja de la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda. La Vereda aparece en la historia documental por primera vez en los Libros de Cuentas de la Iglesia de Sta. María del Vado en 1534, y Matallana aparece a finales del XVI en los mismos libros. Mi opinión personal es que las tres aldeas eran asentamientos prerromano. Francisco Martín Moreno

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  21. En primer lugar felicitarte por tu buen trabajo Faustino. Gracias a él, mi mujer y yo visitamos el sábado La Vereda y quedamos encantados, pues no solo el pueblo nos gustó, que también el entorno y el recorrido hasta llegar ahí desde Guadalajara.
    Leí tu blog hace tres semanas y desde ese momento decidí que tendría que ir a verlo. Ahora que, casi no lo consigo pues el camino se nos hacía interminable y llegamos a creer que nos habíamos perdido.
    Felicidades por tus reportajes, un saludo.

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    1. La Vereda es un pueblo de casi obligada visita para todos los amantes de la despoblación que vivimos en Madrid o provincias limítrofes.
      Nadie sale defraudado de allí. Lo tiene todo. Una arquitectura impresionante, un aislamiento divino, un entorno privilegiado y un riquísimo pasado que habla del carácter de sus gentes para salir adelante en un medio natural tan difícil.
      Es verdad que el camino se hace interminable. Son más de diez kilómetros que como tienes que ir despacio en algunos tramos por el mal estado de la pista se hace eterno, pero una vez que ya lo divisas en la lejanía en su sobresaliente ubicación ya suspiras de alivio.
      Adrián, muchas gracias por tus felicitaciones y por dejar tu comentario.
      Saludos.

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  22. Hola Faustino,
    Me ha gustado mucho lo que escribes sobre La Vereda. Es el pueblo de mi padre, es de una gran belleza, sin duda. Mi padre tiene muchos recuerdos, y eso que emigró a Madrid a la edad de 13 años.
    Por cierto, decirte que en la foto que pones de mi abuela y mi tia-abuela (Julia y Faustina, hermanas Iruela Minguez) los niños que aparecen, el más pequeño no es hijo de ninguna de ellas. El mayor si, es mi tío. Pero bueno, tiene toda esa importancia.
    A Anastasia la conocí, iba mucho por casa de mi abuela, y hace poco mi prima y mi tío fueron a visitarla.
    Enhorabuena por el trabajo que haces.
    Saludos!!
    Esther Moreno

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    1. Muchas gracias Esther por tus palabras. Se agradecen mucho viniendo de una descendiente de este maravilloso pueblo.
      Ya lo creo que tu padre podrá tener muchos recuerdos de La Vereda, vivió toda su infancia allí y esa etapa de la vida marca mucho. Me imagino que os contará muchas vivencias de aquella etapa de su vida en las reuniones familiares. Supongo que él disfrutará contándolo y vosotros escuchando.
      Y si es Anastasia, pues imagínate la de recuerdos y vivencias que tendrá para contar. Daría para un libro entero seguramente.
      Gracias por la corrección del tema de los niños. Seguramente lo copiaría yo mal según me lo transcribieron. Corregido queda. Y si quieres decir el nombre de pila de tu tío (un niño en aquel entonces) para ponerlo en el pie de foto pues daría más valor personal a la fotografía.
      Lo dicho Esther, me ha gustado mucho tu comentario. Gracias por dejarlo.
      Saludos.

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  23. Gracias Faustino. Si, mi padre nos cuenta muchas anécdotas de cuando era pequeño, aunque se fue siendo todavía un niño se acuerda de muchas cosas.
    Mi tío se llama Francisco Moreno,pero todo el mundo le conoce como Paco. El niño pequeño se llama Félix y es hijo de Hilaria y Antonio.
    Gracias otra vez por tu atención.
    Saludos!!

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  24. soy gran amante de los pueblos abandonados, me parece que tienen una magia especial, y la Vereda concretamente mas, he estado varias veces en este pueblo, y lo bueno es que cada vez hay mas personas arreglando casas.
    He descubierto por casualidad este blog y me encanta. Ya me sentia yo un poco extraña con este amor incondicional a los pueblos abandonados, pero veo que hay mucha mas gente que comparte esta afición. Saludos

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    1. Bueno Yolanda, ya ves que pocos pero somos unos cuantos los amantes de la despoblación, así que bienvenida al "club".
      Como bien dices tienen una magia especial, un halo misterioso que nos atrapa.
      Ya veo que has visitado la joya de La Vereda y que has repetido varias veces.
      ¿Que tendrá esta maravilla de población serrana que a todos nos hace volver? A la vista esta.
      Un pequeño matiz Yolanda, no sería correcto llamarlos abandonados sino deshabitados. Es una pequeña pero gran diferencia. La Vereda sería un gran ejemplo de pueblo no abandonado pero si deshabitado.
      Gracias por dejar tu comentario.
      Saludos.

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  25. mi abuelo materno fue adoptado por una familia de el vado a finales del xix, y ahi se crió. he oido hablar tantos veces de el vado y la vereda...

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  26. gracias Faustino por esta labor historiadora, plasmando datos y costumbres que de otra manera se perderian para siempre en poco tiempo

    Casi lloro de pena al ver la foto de los ultimos de La Vereda, que duro dejar para siempre tu lugar de vida, durisimo

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    1. Todas las fotos antiguas son de un valor excepcional pero si hay un reportaje donde cobran infinito protagonismo son estas de La Vereda.
      El drama de la emigración de los últimos habitantes queda perfectamente reflejado en las imágenes que se muestran en esta entrada.
      El dicho de una imagen vale más que mil palabras se cumple aquí a la perfección.
      No haría falta escribir texto alguno ante la tremenda carga emocional de tristeza y de dolor que emanan estas fotografías.
      Las instantáneas hablan por si solas.
      Gracias Jack por dejar tu emotivo comentario.
      Saludos.

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  27. Hace justo una semana recorria las calles de La Vereda. Me aventure por el sendero que discurre bordeando el Jarama, entre pizarra sin fin, jabalies y buitres sobrevolandome. Una experiencia magnifica que sin embargo, no me preparo para la magnitud de este precioso lugar, que no termina jamas. Tras creer que no habia mas pueblo, que ya lo habia caminado todo y visto todo, en la lejania, tras las casas, siempre aparecian mas, y mas y mas!!!
    La Vereda me fascino, sin duda, mi rincon deshabitado favorito!! luego ya volvi por el camino forestal, aunque el regreso se hizo mas duro que la llegada.

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  28. Precioso artículo y fotos. Ganas de ir a conocer el pueblo. Un abrazo

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    1. Totalmente recomendable la visita a La Vereda. En cuanto tengas ocasión hazlo, te va a encantar.
      Las fotografías ya muestran lo que se va a encontrar uno cuando llega a este pueblo, pero nada como verlo in situ.
      Un abrazo.

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  29. qué pena haber visto este blog sólo ahora. Muchas gracias por la pasión con que narras las cosas. Me he enamorado del pueblo aun sin verlo. Será mi próxima excursión. Mil gracias y enhorabuena por un trabajo excelente.

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    1. No es tarde para empezar a ver el blog. Puedes ir descubriendo y conociendo pueblos que ya están aquí publicados e ir proyectando futuras visitas si te gustan.
      Si te has enamorado de La Vereda viéndolo a través del reportaje, espera a que lo conozcas personalmente. Vas a salir entusiasmada de la belleza del lugar.
      Muchas gracias Miriela por tu elogioso comentario.
      Un cordial saludo.

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  30. Ya he ido Faustino, en un día de primavera espectacular, loa almendros en flor y todo lleno de abejas y mariposas. Impresionante! Volveremos

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    1. Impresionante. Esa es la definición perfecta para este lugar. No me extraña que hayas venido entusiasmada con la visita a La Vereda.
      Todas las estaciones del año son adecuadas para conocer este pueblo, pero la verdad es que la primavera estando rebosante de colorido y haciendo contraste con el color oscuro de las edificaciones hacen de estas fechas las más idóneas para ir.
      Volveremos dices. ¡Es que es para volver!
      Me alegra que hayas tenido tan buenas sensaciones con un pueblo que no deja indiferente a nadie.
      Un cordial saludo.

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  31. Hará ya 8 o 10 años que descubri este rincon de Guadalajara. Desde entonces, con relativa frecuencia no dejo de visitarlo, recorrer sus rincones y perderme por sus calles. Pero siempre trato de imaginarme como seria la vida de sus gentes, su dia a dia, el transcurrir de sus jornadas, hoy, gracias a este articulo, puedo dar forma a mi imaginacion. Gran articulo y gran blog. Enorabuena y gracias

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    1. Como ves la belleza con la que vemos ahora éste pueblo poco tiene que ver con la austeridad y dificultad con la que se vivía antes.
      El emplazamiento que tiene La Vereda, su dificultad para acceder al lugar y su entorno aislado y montañoso es un atractivo para los que ahora lo visitamos pero era un handicap para los que vivían en el pueblo en esos años. Se encontraban lejos de todo y cerca de nada.
      Gracias Jorge por tus palabras.
      Un cordial saludo.

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  32. Buenas Noches Faustino.
    Comentarte que este documento que has realizado, hace fiel reflejo de que el alma de los pueblos, se esta viendo abandonada. Y que solo persiste en la memoria de los mas mayores, y en el vago recuerdo de sus jóvenes de aquella época. Quería recorrer pueblos que sufren el olvido de todos nosotros. Y mediante un canal o videos documentar todo ello. Es un proyecto que he tenido en mente, y que ahora quiero sacar adelante.
    Un abrazo y estamos en contacto. Felicitarte por tu gran trabajo.

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    1. Te animo a que hagas realidad tu proyecto. Todo lo que sea hablar y dignificar el tema de la despoblación me parece excelente.
      Ha estado muy olvidada durante años y ahora muchos la han descubierto (la despoblación) pero lleva vigente desde los años 60 del siglo pasado.
      Así que nunca es tarde para evitar que caiga al pozo del olvido y sobretodo poner en el lugar que merecen a esas personas que un día tuvieron que marchar en busca de una mejor calidad de vida que no llegaba a sus pueblos.
      Gracias David por dejar tu comentario.
      Un abrazo.

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  33. Conocí La Vereda a causa de la afición a la pesca de la trucha de mis padres. Llegamos caminando desde el embalse del Vado, por una larga senda (aún no había pista forestal) Había en el pueblo sólo una mujer sordomuda, acompañada de vez en cuando por un cabrero. Recuerdo que dormimos en su cama, con gallinas en los barrotes del cabecero... Después volví, una y otra vez... hasta que encontramos La Vihuela, y allí me quedé a vivir (o malvivir) durante 6 años, que me son muy queridos en el recuerdo y la experiencia que ha marcado verdaderamente mi vida...

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  34. Buenos días Luis,
    ¿En qué años te quedaste a vivir en la Vihuela?. Soy hija de uno de los descendientes del pueblo y si que recuerdo de pequeña que hubo 1 hombre viviendo en una de las casas de abajo durante bastante tiempo.

    Un Saludo.

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  35. Buenas Faustino

    Aunque comento poco tus entradas, soy un lector habitual de tu blog desde que lo descubrí meses atrás y al que me enganché. Disfruto mucho con todo el conocimiento que nos pones en bandeja sobre los pueblos deshabitados y abandonados a los aficionados. Actualmente vivo en Londres desde hace años ya unos años, pero antiguamente me hacia rutas por este tipo de pueblos abandonados o poco habitados por buena parte del territorio nacional.
    Así mismo, hubo una etapa de mi vida en la que que junto con un amigo dediqué muchas horas y días a la investigación etnográfica por diversos rincones del país, motivo por el que quería decirte lo mucho que me ha gustado esta entrada sobre La Vereda. Maravilloso leer los usos y costumbres que nos has traído aquí a través de la Asociación Cultural de La Vereda, me ha encantado.
    A esto hay que añadir las bellas fotos del pueblo que has subido y la fuerza de las fotos del abandono del pueblo.
    Muchísimas gracias y enhorabuena de nuevo.

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    1. Hola Luis. Ya que en Inglaterra no tienes ocasión de visitar pueblos abandonados te queda el consuelo de hacerlo de manera virtual con este blog y otros cuantos.
      Si quieres ir un poco más allá de ver simplemente unas fotografías (como creo que es tu caso) aquí tienes lectura para empaparte de las costumbres y modos de vida de antaño en estos pueblos.
      Seguro que disfrutaste mucho con tu trabajo etnográfico porque es una labor apasionante a la vez que meterse en un mundo fascinante.
      La Vereda es un caso especial por muchos factores. Como digo al comienzo parece un pueblo de cuento actualmente pero la vida fue muy dura en este lugar.
      Con las fotografías en blanco y negro solamente serviría para hacer un gran reportaje sin necesidad de añadir mucho texto.
      Te recomiendo que entres al blog que creó esta asociación y puedas conocer el modo de vida y las costumbres de La Vereda de manera mucho más detallada que lo que yo he hecho en el reportaje, que al fin y al cabo es solo un resumen.
      Gracias por dejar tu comentario.
      Un cordial saludo.

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  36. ¿Alguien sabría si existe algún sendero para ir desde La Vereda a la Vihuela? Un saludo

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  37. En muchos hogares, hoy en día, se conservan herramientas de trabajo antiguas y rurales, ya que con ellas, se concentra el encanto cultural de antaño. Se convierten en objetos decorativos por excelencia.

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